El enojo es una de las emociones primarias del ser humano. Todas las personas nos enojamos, por lo general, ante una injusticia o cuando queremos lograr algo mejor y no lo conseguimos. Si expresamos el enojo con respeto, sin agresividad, hostilidad ni descontrol, será una respuesta natural y saludable. Sin embargo, enojarse de forma continua y excesiva es perjudicial y crea una dinámica social negativa.
La relación de pareja es uno de los ambientes en los que más pueden originarse situaciones de irritabilidad. Si te enojas mucho con tu pareja, tal vez tiendas a culparla por ser la causa de tu enojo, pero ten en cuenta otras posibles razones: puede que estés viendo como una amenaza todo lo que te dice. Es posible que tengas razón, pero reaccionar con enojo y perdiendo el control no te dará la solución.
Existen técnicas que puedes aprender para manejar el enojo:
1.- Primero, conócete a ti mismo.
Reconoce las señales que indican que estás comenzando a enojarte. Estas pueden ser calores, respiraciones fuertes, pensamientos como “ya empezamos…” o “¿cómo se atreve…?”. También conductas típicas como alzar la voz o los gestos bruscos y amenazantes.
2.- Sé consciente de cuándo te enfadas.
Aprende a reconocer también aquellas situaciones en las que tienes más facilidad para enojarte, como: esperar mucho tiempo a tu pareja, el tráfico pesado, ciertos temas de conversación que pueden generar diferencias de opinión (la educación de los hijos, el uso del dinero, dónde ir de vacaciones o pasear un fin de semana, etc.)
3.- Bloquea tu respuesta de enojo.
Cuando seas consciente de las señales y situaciones de enojo, habrás dado un gran paso. Entonces no dejes que avance. De ser necesario, abandona el lugar donde estés y despeja tu mente caminando, escuchando música, viendo una película o lo que prefieras. Si has tenido un mal día no hables con tu pareja de temas difíciles. Hazlo en otro momento.
4.- Prueba la relajación.
Respira profundamente, relaja tus músculos, céntrate en tu respiración y piensa en cualquier cosa que te relaje. Al principio será difícil hacer esto en medio del enojo, pero con la práctica se convertirá en un buen mecanismo para mitigar tu disgusto.
5.- Trabaja en tu mente.
El pensamiento rígido es muy dañino para la relación de pareja. Evita ideas como: “ella debe estar de acuerdo conmigo en todo” o “mi opinión siempre es la mejor”. Sé flexible. Las opiniones contrarias no tienen por qué generar una discusión.
6.- Aprende otras formas de mostrar tu molestia.
Puedes hacer críticas sin descalificar ni usar la ironía, entendiendo al otro, comunicando (sin atacar) lo que deseas de tu pareja. Recibe también las críticas sin generalizar hacia otros temas ni sentir menosprecio. Acepta y comprende las quejas de tu pareja, y exprésale tu desacuerdo sin agredirla.
Sabemos que no es fácil controlar el enojo, y más cuando no ha sido un hábito en tu vida, pero estamos seguros que siguiendo estos consejos, podrás darle un nuevo aire a tu relación y los beneficios serán mutuos. Recuerda que para discutir se necesitan dos.
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